martes, 5 de febrero de 2013

Un mundo mentiroso


Un mundo mentiroso


En mis tiempos mozos, yo era un aficionado merengue como tantos otros que hay en Retamar. Mis jugadores favoritos eran Ronaldo y Roberto Carlos. Eran mis ídolos, ocupaban un segundo puesto en mi ranking de "aspiraciones en la vida" por debajo de mis padres, mi cuarto entero estaba forrado por fotos y autógrafos suyos. Eran de otro planeta: acudían a eventos solidarios, visitaban a niños enfermos en el hospital, etc...

Sin embargo, a medida que uno va creciendo se va dando cuenta que el mundo no es tan maravilloso como parece. Mis dos ídolos se compraron un chalet a escasas dos manzanas de mi casa. Y a partir de entonces me di cuenta de que todas las buenas acciones que realizaban eran puro marketing y que la imagen que tenía de ellos estaba bastante alejada de la realidad. Estos organizaban fiestas día si, día también y todo el vecindario estaba en su contra, incluidos mis padres. Además estos hechos coincidieron con la decadencia de sus respectivos juegos finalizando en sus respectivas ventas a equipos extranjeros.
Fue entonces cuando toda mi admiración por esas dos cortinas de humo se redujo a cero.

Aparentemente esta verdad terrible que descubrí es simplemente lo que le sucede a un niño pequeño que va creciendo y se da cuenta de las cosas, como sucede con los reyes o con el ratoncito perez. No obstante, esto no deja de sucedernos en nuestra vida y más aún en el mundo actual: ciclistas dopados que marcaban un modelo de superación para miles de personas, políticos corruptos que juegan con el dinero de todos, etc... 

Pero llega un momento que todos estos aspectos le llevan a uno a preguntarse ¿Vivo en una constante mentira?

Respecto a la crisis que me supone esta pregunta solemos encontrar el consuelo en la ignorancia. Preferimos vivir en una realidad fantasiosa que sabemos que es mentira pero no nos importa mientras seamos felices.

Esta idea viene muy bien reflejada en la frase del chivato de la película de Matrix:

"Sabéis, sé que este filete no existe. Sé que Matrix le dice a mi cerebro que es jugoso y delicioso. Después de nueve años, ¿sabéis de lo que me he dado cuenta? La ignorancia es la felicidad''

Gonzalo Pr.

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