miércoles, 20 de febrero de 2013

Las Chinchetas


Las Chinchetas

Había un avestruz que compró chinchetas dos veces.
La primera vez fue porque la nuera de la tía del hijo de la abuela del sobrino de su madre le dijo que las coleccionaba, y por no perder la herencia, (esta señora avestruz poseía un magnífico acordeón silvestre), decidió comprarle una gran caja tetraédrica rellena de chinchetas de color magenta para hacerle la pelota. Era un tanto difícil encontrar estas chinchetas por la sabana africana, así que el avestruz decidió llamar a un astronauta para hacer un gran hoyo en el suelo y así poder felicitarse mutuamente.
La segunda vez fue para metérselas dentro de la cama.
FLAN

Probablemente estés flipando, no es de extrañar, pero es curioso lo que puede llegar a hacer la imaginación con los conceptos que ha abstraído la inteligencia. Combinarlos de forma que no tengan sentido alguno pero sí en nuestra cabeza (si se hace el esfuerzo). En cambio, no podemos imaginar algo que no sea partir de cosas que ya existan. Si te fijas en el texto, no hay nada que escrito que te puedas imaginar de por sí solo, que no sea a partir de conceptos ya existentes, excepto cuando uno se encuentra rastreando un ovni desde el columpio de... Ya me calmo.

Juan Luis R.

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